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8 Señales que debes sustituir tu calzado.

 

“Hasta que se vuelvan pedazos” es la ideología de muchos en cuanto a la vida útil de un par de zapatos, y realmente es una idea bastante errada que lo único que hace es poner en riesgo la salud.

 

No existe una formula precisa que revele cual es el tiempo promedio del calzado, esto dependerá de muchos factores entre los que destacan:

 

·         Tipo de material en el que está construido el calzado.

·        Frecuencia de uso.

·        Tipo de actividad que se realiza con los zapatos.

·         Tipo de superficie sobre la que se camine.

 

Por lo antes expuesto depende entonces únicamente de ti establecer cuando tus zapatos han dado todo de sí, siendo momento de desecharlos. Pero ¿sabes cómo? A continuación te daremos algunas valiosas pistas que te ayudaran a reconocerlo.

 

1.     Suelas desgastadas.

Es una de las señales más comunes y notorias que tu calzado es capaz de reflejar. Cuando la última capa de suela, aquella que está en contacto directo con el suelo, a perdido sus propiedades iniciales y comienza a estar desgastada y/o quebrada, quiere decir que es hora de cambiar de zapatos, pues como características más importante nos encontramos con que se pierde la tracción con el suelo haciéndose resbaladizos y por ende poco seguros.

 

2.     Perdieron la forma.

Se sabe que una de las propiedades de un buen calzado es amoldarse a la forma del pie, sin embargo esta adaptación es bastante sublime, lo que quiere decir que la forma original del calzado se mantiene. Cuando el uso de un zapato es prolongado esta forma comienza a dar cambios más drásticos, en los que normalmente se ve una inclinación hacia el lado interno o externo, según sea la forma de la pisada (pronación/ supinación) en el momento que esto sucede se debe considerar cambiar de calzado.

 

3. Falta de simetría.

Originalmente los dos zapatos son prácticamente iguales, por lo que así deberían mantenerse hasta el final. Sucede que el uso constante puede hacer que una de las dos piezas vaya deformándose, esta diferencia dependerá del peso, forma de pisada, etc.; cuando dicha desigualdad se vuelve amplia y notoria lo aconsejable será sustituir el calzado.

 

4. Dolor en piernas y articulación.

Puede que sea la señal que notaras con más facilidad y es que un cuerpo cansado no pasa desapercibido jamás. Rodillas, tobillos, gemelos, pantorrillas, piernas e incluso cadera son las partes del cuerpo que más se ven afectadas con un par de zapatos desgastados, aun cuando camines distancias cortas o estés poco tiempo de pie si ves que tu cuerpo envía señales de alarma y casualmente suceden cada vez que te colocas un mismo par de zapatos, no hay duda que debes cambiarlos.

 

5. Los tienes desde hace mucho.

Aunque tus zapatos no estén rotos o abruptamente desgastados si tienes demasiado tiempo con ellos es momento de sustituirlos, pues aunque externamente los veas bien la verdad es que los materiales internos van perdiendo propiedades y de seguro ya no te brindaran las mismas características iniciales.

 

6. Deterioro notorio.

Suelas partidas, huecos o rasgaduras, ojetes rotos, cordones deteriorados son tan solo parte de los daños notorios que se pueden observar en un par de zapatos que requieren cambio, aunque muchas veces las personas deciden pasarlo por alto y realmente es un grave error.

 

7. Te causan heridas.

Por el mismo desgaste de un calzado pueden comenzar a salir ampollas o heridas en tu pie, a pesar que antes esto no sucedía  y puede que de momento esto te extrañe pero la razón es que comienza a suceder cuando la vida de tus zapatos a finalizado.

 

8. toma en cuenta  tu peso.

A la hora de calcular la vida útil de un zapato es importante tomar en cuenta tu peso, si estas dentro de tu rango de peso ideal podrías usarlos por 1.000 kilómetros aproximadamente, mientras que si tienes algunos kilos demás este lapso de distancia podría reducirse entre un 50 y 70%.

 

Recuerda que de un zapato en buen estado depende tu seguridad y bienestar, por lo que es absolutamente necesario cambiar el calzado periódicamente. Aunque también es nuestro deber informarte que en algunos casos este desgaste puede ser solventado si el resto de la pieza está en buen estado. Por ejemplo se puede dañar la suela y esta puede ser perfectamente sustituida si el resto del zapato está en buen estado.

 

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