Como la mayoría de los países latinos la Cámara de Calzado Guatemalteco exige al gobierno algunas cosas con las que creen podrían levantar el sector:
La primera de ellas se trata del establecimiento de políticas más rigurosas que manejan con mayor efectividad la enorme cantidad de calzado producto del contrabando que ingresa al país. Así como también un freno a las importaciones provenientes de países asiáticos que como es costumbre desestabilizan de gran manera las ventas y producción local.
Como segundo punto nos encontramos con el pedido de auxilio en cuanto al apoyo gubernamental que incentive al productor ya existente y algunos otros a invertir en esta industria ya sea en maquinaria, recursos, herramientas, conocimientos, etc.
Y como ultima solicitud la prohibición de importación de calzado usado, que es algo que no se acostumbra a ver en otros países, pero que en este es capaz de afectar enormemente, y es que además es un proceso que se realiza por peso, generando un costo muy disminuido para el importador, algo injusto para el local.
Pero es una serie de pedidos que llevan años manteniendo y hasta la fecha no ha podido materializarse, menos aun con la impactante e inesperada llegada del Coronavirus al país y al mundo en general. Lo que los ha obligado a detener absolutamente la ya disminuida producción que mantienen, ampliando la brecha de las pérdidas económicas, razón por la que representantes de Grecalza –Gremial de Fabricantes de Calzado y Productos Afines-, entregaron recientemente un pedido al congreso que les permita la reactivación, al menos paulatina, de la producción para intentar de cierto modo frenar las perdidas en lo que resta de año.