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Industria del Calzado en Uruguay. Un sector en caída libre.
Uruguay es un país perteneciente al continente suramericano, nación que mantiene su estilo y calidad de vida bajo perfil, sin embargo son muchas las cosas interesantes que podrían decirse de este país. Si nos referimos al tema que nos atañe, el calzado, hasta hace poco tenía una industria rica y fructífera, pero esto lamentablemente ha cambiado en los últimos años, mostrando datos que apuntan a una inminente caída libre de la Industria del Calzado.
La historia nos indica que el calzado uruguayo ha sido por excelencia un sinónimo de calidad, tradición y excelencia, sobre todo aquellos elaborados en cuero, ya que la piel animal de origen uruguaya ha sido a través de los años muy famosa y solicitada a nivel mundial, pero es esta misma crisis la que ha causado que el cuero pierda presencia en el calzado elaborado en este país y que no sea un elemento del cual aferrarse para seguir destacando en sus exportaciones.
Haciendo un caso de estudio solamente en los últimos 15 años, la industria ha registrado una pérdida de más del 50%, tanto en producción como en ventas, desde ese momento este sector no ha reflejado ni un solo año con números positivos, lo que refleja gravemente la crisis que viven quienes dan la cara por ese sector, la cual es para su inmensa mayoría son la representación de años y años de trabajo sumado al sustento y la tradición familiar.
Solo 22 empresas se dedican a la producción de calzado y esto dice mucho de la capacidad y el abastecimiento al que pueden alcanzar, pero más allá de eso es la baja demanda del calzado nacional, lo que interfiere negativamente en estos números y es que zapaterías al por menor si se pueden encontrar en grandes cantidades a lo largo y ancho del país, pero estas mínimamente ofrecen productos nacionales a los consumidores, por el contrario destinan sus inversiones para ofrecer calzado importado en su gran mayoría de origen asiático.
De este modo con este único centenar de productores solo pueden fabricarse entre 15 y 300 pares de zapatos al día, todo depende de la empresa, su cantidad de empleados y procesos de producción, un número bastante bajo en comparación con otras naciones.
Uruguay en números.
·122 empresas hacen vida en el país. 60% de estas son micro empresas, 25% pequeñas empresas y 10% medianas empresas.
·Este sector, hablando únicamente de los sectores de producción, emplea a un promedio de 1500 personas.
·En 2018 se importó más de 12 millones de pares de zapatos, más del 60% de origen Chino.
·La industria del Calzado, genera el 3% del PIB.
·Se producen 1.500.000 pares de zapatos al año.
Esta decadencia en números se debe, como en muchos otros países de la región, a la presencia del calzado asiático en tierras uruguayas, como ha sido costumbre llegan a estos países cantidades exorbitantes de calzado chino o vietnamita que se presentan a precios tan económicos que no pueden competir con el calzado nacional, para ejemplificar el caso un par de zapatos asiático en Uruguay tiene un valor de $4, mientras que el autóctono cuesta $10 por par; este precio que representa más del 100% en comparación con su competidor directo incluso ha tenido que disminuir en un 50-40%, todo con el objetivo de adaptarse a la competencia y ofrecer mejores precios al poblador uruguayo y aun así no han sido capaces de encontrar salida a la crisis.
Esto ha ocasionado que el uruguayo incline sus hábitos de compra en los últimos años por calzado económico y de mala calidad, que solo satisface la necesidad por un tiempo muy corto y de allí el alto número de consumo, pues constantemente deben estar adquiriendo nuevos zapatos. Posicionándose como el tercer país que más consume calzado en Latinoamérica después de Chile y Paraguay con un promedio de 4.5 pares al año, lo que se traduce en 15 millones anualmente para toda la región.
Adicional a la problemática de importación que vive el país, donde China, Brasil, Malasia y Vietnam, en orden de jerarquía, son las naciones desde donde más se importa calzado, los aumentos salariales, los impuestos tributarios para productores nacionales y los costos energéticos se suman a la lista de problemáticas de los sectores industriales, especialmente el del calzado.
Lo que ha desencadenado en una pérdida de más del 50% de la mano de obra especializada, lo que repercute en que el conocimiento de cada trabajador enfocado a la producción de calzado se vaya perdiendo, quedando reducido solo a operadores de máquina y disminuyendo la esperanza de poder resurgir este sector en el país.
Y es que el propio sistema de gobierno ha preferido cambiar la compra de calzado administrativo a productores asiáticos, después de años de entrega y buen trabajo por parte de la industria nacional, siendo así y si el propio gobierno no incentiva y apoya la producción nacional que queda para el habitante promedio uruguayo que se ve sometido a un sueldo fijo con el que debe satisfacer otras necesidades. Por fortuna esto se revirtió solo en el último año, ya sea por conciencia o por el simple hecho de comprobar ellos mismo que aunque probablemente gastaban menos, este tipo de calzado no posee garantías de calidad, durabilidad y mucho menos de salud para el pie y el resto del cuerpo; pero para el gobierno siguen siendo los tiempos de entrega un tema que incide directamente sobre la decisión de a quien otorgarle la concesión y en definitiva la industria uruguaya y quizá la de muchos otros países latinoamericanos, no puede competir en cuanto a tiempo de producción con empresas asiáticas, ya que las condiciones son totalmente diferentes.
Como solución a esta crisis algunas marcas nacionales de renombre como Marcel Calzado, siguen apostando por el mercado del calzado y la marroquinera a pesar de las condiciones adversas, satisfaciendo la demanda de quienes aún prefieren calidad sobre económica, buscando calanes electrónicos de ventas como MercadoLibre, un ecommerce de referencia la región latina, para promover las ventas sin necesidad de depender de las daciones de copra de los retail o zapaterías al por menor.
Son años en los que esta industria no presenta números demasiado positivos, bien sea por producción, mano de obra, cantidad de fábricas, exportación, consumo y ventas al por menor; a pesar de las casi nulas esperanzas que se tienen para nada está dicho y nunca se sabe si el apoyo por parte del gobierno en conjunto con el trabajo de la empresa privada y porque no algunas legislaciones que aumenten los aranceles a la importación de calzado sean un salvavidas para el resurgir de la Industria del Calzado Uruguaya.