Es una pieza creada igualmente para hombres como para mujeres, originalmente solo la distingue una franja de cinta roja para el caso de las féminas. Como es de esperarse, están fabricadas en cuero genuino proveniente de la piel de cabra o de la vaca, y estas no reciben ningún tratamiento de color por lo que su apariencia final resulta en una variedad de tonos cremas y marrones.
A diferencia de la mayoría de calzados típicos, estas botas no fueron inicialmente diseñadas para el trabajo de campo, a pesar de si ser muy resistentes a las condiciones climáticas y con larga vida útil, estas fueron adoptadas directamente por el folklore, para la vestimenta oficial madeirense y los eventos típicos.
Es este uso exclusivo de fiestas patronales lo que ha desencadenado en una disminución considerable de producción de botas de vilão en la isla, como es de entender a menor demanda menor también es la producción. Pues el poblador nativo ha preferido adaptarse a las tendencias de la moda en cuanto a calzado y dejar sus raíces atrás.