Dicen por allí que llegar 5 minutos tarde ya raya en la impuntualidad y aunque estamos de acuerdo, también se debe entender que en la vida surgen contratiempos que muchas veces se escapan de nuestras manos, no se trata de dormir 5 minutos más, sino de una falla en el transporte, de un problema en casa antes de salir, de una reunión inesperada al dejar a tu hijo en el colegio, etc. Por esto es recomendable ser flexible y dar un rango que aun esté contemplado dentro de la puntualidad.
Por ejemplo, si la hora de entrada es a las 7:00 am, da oportunidad de que marquen hasta las 7:20 am, sin considerarlo una falta, pasado este horario si pudiera establecerse como una llegada tarde. Pero también teniendo en cuenta que hay casos excepcionales que requieren más de 20 minutos, solo que estos deben ser más eventuales que rutinarios.