Gracias a la crisis en la que se vio envuelta Europa con respecto a la Industria del calzado para la época comprendida entre el 2005 y 2015, 10 años de recesión en el que se acusan dos aspectos importantes: la producción de calzado en masas por parte de empresas chinas y la recesión económica que afecto a gran parte de la comunidad europea; los países líderes en la producción de zapatos decidieron unir sus fuerzas para combatir a la competencia que representaba un obstáculo en sus objetivos de surgimiento, logrando con un sigiloso y pausado éxito que sus números comenzaran a crecer país por país.
Naciones como Alemania, Portugal, Francia, Rumania y Polonia han logrado consolidarse y mantenerse como otros representantes importantes en las fábricas de calzado, apartando a Italia y España que siguen liderando el mercado.
Así mismo la venta minorista también ha logrado a alcanzar sus números acostumbrados, ya se cuenta con al menos 55.000 tiendas dedicadas a las ventas al por menor, ofreciendo una amplia gama de opciones para los consumidores a la hora de obtener sus zapatos favoritos siendo estas, supermercados, fabricas, tiendas y canales electrónicos como páginas web y redes sociales, estos últimos dan además la posibilidad de lograr ventas alrededor del mundo mientras las marcas cuenten con canales de distribución adaptados a esta logística.