Si hay una nación en el mundo que consagre los pies en gran manera es la India, para ellos son una parte digna de veneración y con ello el calzado el cual tiene un significado símbolo, incluso superior al uso como necesidad.
Para el hindú cuidar y adornar sus pies es tan importante como otra parte del cuerpo, asignándoles connotaciones culturales, sociales, eróticas e incluso políticas, por ello el calzado tiene una gran importancia.
De allí que tengan tantos modelos autóctonos llenos de historia y detalles que los hacen tan atractivos, aun cuando los zapateros deban mantenerse aislados sobre todo si hacen uso del cuero, ya que para este país es una actividad contaminante y desleal con los animales desde donde proviene, especialmente si se toma en cuenta que para ellos la vaca es sagrada.
Como parte de esta gama de opciones en el calzado, nos encontramos con una de carácter simbólico y hasta religioso: Las Padukas.
Pada= pie, ka= diminuto conocidas como Khadaun o Kharawan, se trata de un tipo de calzado simple que consta de una pieza de madera y una especie de botón el cual es el único tipo de enganche y se coloca entre el dedo pulgar y el índice.
Es uno de los calzado más antiguos que remonta su creación en los años VII a.C y a pesar de perder hoy día popularidad en cuanto a su uso, quedando destinados para practicantes del hinduismo y budismo, siguen siendo un icono religioso y de valor para sus pobladores.
Las padukas en sus primeras versiones poseían unas especiales de cuñas que elevaban la suela del piso otorgando gran altura, lo que hace necesaria cierta destreza para su manejo, con un único agarre en los dedos, y a su vez estas plataformas se asociaban a la nobleza del pueblo hindú, quienes ni siquiera mataban insectos con este tipo de calzado, reforzando su lema de respeto máximo a la vida.
En cuanto a los materiales empleados para su producción nos encontramos desde madera sencilla para el poblador rural y de menos recursos hasta maderas como ébano, teca, sándalo para aquellos de mayores recursos.
Además pueden considerarse una obra de arte en cuanto a las formas, muchas de ellas asociadas a la estructura de un pez y de allí el carácter divino-religioso, al detalle en el tallado en las tres piezas que conforman el calzado (suela, botón y cuñas) y a las incrustaciones de perla, marfil, oro, plata, bronce y diamantes que se aplicaba en algunos modelos, especialmente para los de ocasiones especiales y ceremonias religiosas.
En la actualidad siguen usándose sobre todo sin la aplicación de las cuñas, con materiales mucho más simples que las hacen además perfectas para cualquier estrato social. Y con la inclusión de una banda que da soporte sobre el empeine para hacerlas manejables.
E incluso se mantienen unas pocas de marfil destinadas a santos y realeza, pero sin representar un daño significativo a los elefantes.