Es de los procesos más nuevos en el mercado, pero con gran aceptación gracias a la popularidad entre los consumidores.
Se realiza a través de la inyección de la suela debajo del corte, con la ayuda de moldes de metal y maquinaria donde el material se expande hasta llegar al tamaño y forma final, no lleva ningún tipo de cocido o pegado lo que en muchos casos hace que el calzado resulte en una sola pieza.
La marca Crocs (Crocs. Un ejemplo de reinvención en la búsqueda del éxito) con sus suecos de goma fueron una de los pioneros en este sistema de construcción que tiene como resultado un calzado muy cómodo, con colores vibrantes, atractivos y totalmente impermeables para calzado de niños, mujeres y caballeros con incluso la presentación de tacones.
La comodidad y ligereza del resultado depende del material a escoger, por ejemplo el PVC es pesado y rígido lo que disminuye los tiempos de vida útil, a diferencia del poliuretano que es ligero, flexible y cómodo. Estos materiales se usan tanto para la construcción de calzado enteros, pero también hay quienes deciden aplicarlos únicamente para las suelas, utilizando otros materiales en los cortes del calzado.
Como parte de los aspectos no tan positivos de este sistema nos encontramos con que requiere de personal especializado en mezcla de componentes y operación de maquinarias, mismas que son de alto costo pero esto no quiere decir que los zapatos obtenidos se vendan en grandes montos al mercado, todo lo contrario, su precio varía desde bajo a medio, a su vez estas producciones requieren de espacios amplios para la conservación de herramientas y materiales, además de la emisión de residuos contaminantes para el medio ambiente.